Citando a Marcel Proust
decía "cuando uno extraña un lugar, lo que realmente extraña es la época que
corresponde a ese lugar; que no se extrañan los sitios, sino los tiempos".
Siempre he me ha gustado escuchar a las personas
mayores, de ellas se aprende más que en un libro, el libro tal vez sirva para
las fechas exactas de los acontecimientos, pero lo verdadero rico son los
cuentos y leyendas de esas personas que vivieron en épocas pasadas, que gozaron
de ciertas cosas que ya son leyendas urbanas en el lugar donde vives, en este
caso Progreso. Escuchando atentamente alguna vez a mi abuelo, me contó sobre la
época de Porfirio Díaz; él un chico de 5 años vivió lo último y fin de una revolución,
pero contaba insistentemente los castigos de aquel siglo XX con un orgullo, que
te daba esas herramientas para imaginar la escena en donde un ladrón que robaba
su castigo era que le quemaran las manos, en aquel entonces pensaba que eso era
justicia y que en estos días sería lo ideal. Extraño a mis abuelos más que la
casa. Pasa lo mismo con aquellas
personas que recuerdan lo que alguna vez fue Progreso, con sus tres cines, con
los comercios que estaban cerca, la comida buena, el mercado municipal, el
malecón, la iglesia. Están tan vivos esos recuerdos que cuando la gente los
cuenta cierra los ojos y hasta te puede decir el olor de aquella comida que almorzó
hace 30 años. Notas esos suspiros y ojos brillantes de la nostalgia que les
produce aquellos tiempos en el puerto, esos amigos que ya se adelantaron que
fueron cómplices de tantas aventuras. Alguna vez dije que lo único que cambia
en mi ciudad es la muerte, porque con ella se lleva anécdotas jamás contadas,
experiencias de vida y conocimiento que ya jamás escucharemos, es triste en
cierto modo los tiempos que se van y que el lugar siga, pero mutilado por
partes, así es como veo al Progreso de ahora. Un poco manco, con una pata de
palo, con la vista cansada y con heridas en la piel, no hay un progreso en
Progreso, no veo que pasemos de ciudad pueblo grande a ciudad que puede
ofrecernos crecimiento, veo gente que aún está viva que puede darnos
conocimientos del pasado, pero no un futuro cierto, nuestro futuro está en una
balanza que la juegan unos cuantos y que esos cuantos no saben jugar. Extraño
aquellos tiempos donde todo lo miraba con los ojos infantiles, extraño el
Progreso de mi época.
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Se extrañan esos tiempos donde nuestra ignorancia abrazada por nuestra inocencia no nos permitía pensar que las cosas no siempre van a ser como las conocíamos en ese entonces ...
ResponderEliminarExacto, creemos que todo siempre sera igual . Gracias por comentar.
ResponderEliminarFelicidades muy bueno! !!
ResponderEliminarMuchas gracias :) me da gusto que les haya gustado.
ResponderEliminarMuchas gracias :) me da gusto que les haya gustado.
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