04 junio, 2013

Los veganos son los nuevos cristianos.



Ayer circulaba el video del niño portugués que le explica a su mamá porqué no quiere comer pulpo.  Observé los comentarios de la gente que lo compartía, y como era de esperarse, la tendencia rebosaba de amor por los animales.  Sin embargo, me atrevo a asegurar que a muchos, ese sentimiento se les evaporará  más rápido que lo que se evapora el agua para hervir el frijol, con el que su mamá preparará el frijol con puerco que se comerán el próximo lunes.   ¿Por qué digo esto? Parece que ser vegano es la nueva modaPrimer error.  El veganismo es una alternativa ética y sana al consumo y dependencia de los productos y otros artículos derivados de los animales, como la carne, los lácteos, huevos, miel o las pieles y el cuero.  A diferencia del vegetarianismo, el  “no comer carne”  es básicamente una manifestación de total rechazo a la explotación cruel, injusta e innecesaria a los que son sometidos los animales para su obtención.  Muchos animales que se crían para satisfacer la demanda de la carne, leche y huevos, provienen de explotaciones intensivas donde no se respetan sus necesidades ni sus derechos como seres vivos, sufriendo mutilaciones y malos tratos,  además de ser puestos en condiciones de hacinamiento para obtenerles  el máximo rendimiento posible.  Así mismo, el veganismo es un estilo de vida, que busca tener un impacto en la salud y el medio ambiente (Asociación Vegana Española, en red).

Todos sabemos cuál es el destino de las reses en el rastro; alguna vez lloré por días cuando vi el video que mostraba como le quitaban la piel a los indefensos visones (mejor conocidos como abrigos de mink); es triste que los intereses del hombre valgan más que los de las demás especies (de ahí que esté destruyendo su propio planeta) y que siempre se piense en la economía pero no en el respeto a la vida.  Por eso me parece que ser vegano es algo muy noble (y también idealista) sin embargo, va mucho más allá de tener la conciencia tranquila alimentándote sólo de semillas  para no pensar en el sufrimiento de los pobres cerditos mientras te tragas tu torta de cochinita. No es una moda.  Me puedo comprar los lentes igualitos a los que usan las Kardashian, porque están de moda, pronto dejarán de estarlo y no los volveré a usar; pero no puedo comprarme un estilo de vida porque “esté de moda.”  El veganismo es un estilo de vida que  implica una forma de entender el mundo, que pasa a formar parte de la identidad de una persona y se expresa en todos los ámbitos de su vida (trabajo, alimentación, forma de vestir, sexo, etc); es vivir con una congruencia y una filosofía, previo cuestionamiento al hecho de que dichas prácticas en realidad satisfacen nuestras necesidades de vida.

Por lo que, querido neo-vegano, lee lo siguiente:  

Analiza y cuestiónate si el veganismo  es realmente para ti, y si estás seguro de que sí, entonces no pierdas de vista que habemos quienes el “enternecimiento” no hace que estemos dispuestos a cambiar por semillas, una deliciosa arrachera.  Juzgar a la gente por lo que come, segundo error. Y es aquí donde afirmo, los veganos son los nuevos cristianos: ambos coinciden en su fanatismo. Dicho fanatismo origina lo que he definido como lo más característico y a la vez más insoportable de ambos tipos  de personas: la superioridad ética. O en otras palabras,  sentirse los únicos poseedores de la verdad,  de los más altos valores y moral de la humanidad, colocándose en un grado superior al resto de la sociedad, desde el cual se creen con el poder suficiente e incuestionable para, por un lado, satanizar y por otro,  bombardearnos con información (que muchas veces ni pedimos) con la finalidad de cambiar nuestra mentalidad, lo que constituye el tercer error: La evangelización.  Estoy segura que han probado los beneficios de sus ideologías, pero, ¿Para qué obligar a la gente a que vea lo que no quiere o posiblemente no le interesa ver? ¿Quién les hizo creer que necesitamos ser salvados?  No sean enfadosos dando pláticas a quienes no se las piden, ni criticones del estilo de vida de los demás.  Mantengan en la mente que lo que es bueno para uno, no necesariamente lo es para todos.  Si exigen respeto por las demás especies, deben empezar por respetar el libre albedrío de la nuestra, ¿no creen?


En mi muy particular opinión.






P.D. En la calle 31 x 98 y 100 hay una carnicería donde venden los domingos unas costillas bien ricas.  Y ningún animalito fue maltratado en la realización de este post.


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1 comentario:

  1. Soy vegano y estoy completamente de acuerdo, no me gusta cuando alguien se empeña en hacerme cambiar de idea y me dice que "lo correcto y sano es comer carne"; entonces yo tampoco voy a hacer lo mismo tratando de imponer mis ideas. Ser vegano es algo que eliges porque te hace sentir bien contigo mismo y cada quien logra ese bienestar a su manera.

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