Ayer circulaba el video del niño portugués que le explica a
su mamá porqué no quiere comer pulpo.
Observé los comentarios de la gente que lo compartía, y como era de
esperarse, la tendencia rebosaba de amor por los animales. Sin embargo, me atrevo a asegurar que a
muchos, ese sentimiento se les evaporará más rápido que lo que se evapora el agua para
hervir el frijol, con el que su mamá preparará el frijol con puerco que se
comerán el próximo lunes. ¿Por qué digo esto? Parece que ser vegano es
la nueva moda. Primer
error. El veganismo es una alternativa ética y sana al consumo y dependencia
de los productos y otros artículos derivados de los animales, como la carne,
los lácteos, huevos, miel o las pieles y el cuero. A diferencia del vegetarianismo, el “no comer carne” es básicamente una manifestación de total
rechazo a la explotación cruel, injusta e innecesaria a los que son sometidos los
animales para su obtención. Muchos
animales que se crían para satisfacer la demanda de la carne, leche y huevos,
provienen de explotaciones intensivas donde no se respetan sus necesidades ni
sus derechos como seres vivos, sufriendo mutilaciones y malos tratos, además de ser puestos en condiciones de
hacinamiento para obtenerles el máximo
rendimiento posible. Así mismo, el
veganismo es un estilo de vida, que
busca tener un impacto en la salud y el medio ambiente (Asociación Vegana
Española, en red).
Todos sabemos cuál es el destino de las reses en el rastro;
alguna vez lloré por días cuando vi el video que mostraba como le quitaban la
piel a los indefensos visones (mejor conocidos como abrigos de mink); es triste
que los intereses del hombre valgan más que los de las demás especies (de ahí
que esté destruyendo su propio planeta) y que siempre se piense en la economía
pero no en el respeto a la vida. Por eso
me parece que ser vegano es algo muy noble
(y también idealista) sin embargo, va mucho más allá de tener la conciencia
tranquila alimentándote sólo de semillas para no pensar en el sufrimiento de los pobres
cerditos mientras te tragas tu torta de cochinita. No es una moda. Me puedo comprar los lentes igualitos a los
que usan las Kardashian, porque están de moda, pronto dejarán de estarlo y no
los volveré a usar; pero no puedo comprarme un estilo de vida porque “esté de
moda.” El veganismo es un estilo de vida
que implica una forma de entender el mundo,
que pasa a formar parte de la identidad de una persona y se expresa en todos
los ámbitos de su vida (trabajo, alimentación, forma de vestir, sexo, etc); es
vivir con una congruencia y una filosofía, previo cuestionamiento al
hecho de que dichas prácticas en realidad satisfacen nuestras necesidades de vida.
Por lo que, querido neo-vegano, lee lo siguiente:
Analiza y cuestiónate si el veganismo es realmente para ti, y si estás seguro de que
sí, entonces no pierdas de vista que habemos quienes el “enternecimiento” no
hace que estemos dispuestos a cambiar por semillas, una deliciosa arrachera. Juzgar
a la gente por lo que come, segundo error.
Y es aquí donde afirmo, los veganos son los nuevos cristianos: ambos
coinciden en su fanatismo. Dicho
fanatismo origina lo que he definido como lo más característico y a la vez más
insoportable de ambos tipos de personas:
la superioridad ética. O en otras palabras,
sentirse los únicos poseedores de la
verdad, de los más altos valores y moral
de la humanidad, colocándose en un grado superior
al resto de la sociedad, desde el cual se creen con el poder suficiente e
incuestionable para, por un lado, satanizar
y por otro, bombardearnos con información (que muchas veces ni pedimos) con la
finalidad de cambiar nuestra mentalidad, lo que constituye el tercer error: La evangelización. Estoy segura
que han probado los beneficios de sus ideologías, pero, ¿Para qué obligar a la gente a que vea lo que no
quiere o posiblemente no le interesa ver? ¿Quién les hizo creer que necesitamos
ser salvados? No sean enfadosos dando
pláticas a quienes no se las piden, ni criticones del estilo de vida de los
demás. Mantengan en la mente que lo que
es bueno para uno, no necesariamente lo es para todos. Si exigen respeto por las demás especies, deben empezar por respetar el libre albedrío de la nuestra, ¿no
creen?
En mi muy particular opinión.
P.D. En la calle 31 x 98 y 100 hay una carnicería donde
venden los domingos unas costillas bien ricas.
Y ningún animalito fue maltratado en la realización de este post.
Soy vegano y estoy completamente de acuerdo, no me gusta cuando alguien se empeña en hacerme cambiar de idea y me dice que "lo correcto y sano es comer carne"; entonces yo tampoco voy a hacer lo mismo tratando de imponer mis ideas. Ser vegano es algo que eliges porque te hace sentir bien contigo mismo y cada quien logra ese bienestar a su manera.
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